sábado, 25 de julio de 2009

Peaches: La crema y nata de la música electrónica


PEACHES

I FEEL CREAM


Cuando la vi en directo, en el festival South By Southwest de Austin en el 2001, sola en el escenario con su ropa interior, sus sintetizadores y cajas de ritmo, recuerdo que lo primero que pensé fue: “El rock ha muerto, viva el rock”.


Nueve años después de debutar con sus enseñanzas, Merrill Beth Nisker, mejor conocida como Peaches, continúa siendo una de esas artistas que se atreven a romper los arquetipos de la música contemporánea, aunque en esta ocasión cambia la subversión extrema por un estilo más fresco, minimalista y sofisticado.


En I Feel Cream , su cuarto disco, recupera desde la portada el espíritu de las pistas de baile de los 70 (y luego dicen que Madonna no es influencia). Menos intenso, más melódico, igual de rítmico. Sin abandonar su base de rock electrónico, deja a un lado la actitud punk y se acerca a su lado más bailable.


Talk To Me, el primer sencillo, es un homenaje al soul de las grandes damas de los 70. Serpentine, More o Show Stopper suenan al ya clásico estilo de esta canadiense. Billionaire o Mud coquetean con el rythm & blues y el hip hop, en su propia versión de los estilos que le influyen.


Lose You, con la voz de Steve Strange, nos recuerda el house de Nueva York, mientras que I Feel Cream, Treat Or Trick o Mummy Complex son magníficas pieza para las pistas de baile, puro pop sintético que te pone a mover los pies desde el primer compás.


Relax y Take On You cierran con medida perfección estilística este recorrido por la mente y las emociones de una Peaches a la que quizás no conocíamos del todo.


Toda una referencia en la música electrónica de este siglo, cuenta con colaboraciones de bandas como Soulwax, Simian Mobile Disco o Digitalism, incluso co-escribiendo con Gonzáles parte de este trabajo, desde luego muy recomendable.

viernes, 24 de julio de 2009

Rinôçérôse: La vanguardia del rock electrónico


RINÔÇÉRÔSE

FUTURINÔ


Primero despegaron con ritmos electrónicos, después les pusieron guitarras, a continuación experimentaron con electroclash e introdujeron voces y ahora, Rinôçérôse regresa con un álbum en el que mezclan equilibradamente toda esta diversidad de raíces.


Con un nuevo concepto visual y escénico, esta banda de Montpellier, liderada por el bajo de Patrice Carrié y las guitarras de Jean-Philippe Freu nos trae su quinto disco, que resume y afina la evolución de un dueto de música electrónica en una auténtica banda de rock del siglo 21.


Igual que en Schizophonic, su anterior producción, cuentan con colaboraciones en las voces de Ninja, Anna Muchin, Jessie Chaton, Mark Gardener, Bnann, Luke Paterson, Dominique Keagan o Nuutti Kataja.


Eléctricos y rítmicos con espíritu punk, abren contundentes con Panic Attack, que se complementa a la perfección con Where You From, Head Like a Volcano o My Cadillac. Tiene su lado pop en Time Machine y Touch Me, que no pueden dejar de recordarnos a The Tings Tings. Regresan a las raíces con Mind City, The Heroic Sculpture Of Rinôçérôse o Weekind Of Sin, en donde las voces juegan un papel secundario dentro de la atmósfera melódica y los beats.


Trabajadores y motivados, durante el verano del 2009 se les puede encontrar de gira intensiva en los mejores festivales por toda Europa. Un espectáculo que es un deleite tanto para los amantes del rock moderno como de las pistas de baile.

Kasabian: El regreso de los lunáticos

KASABIAN
WEST RYDER PAUPER LUNATIC ASYLUM

Kasabian está de regreso. Sacados de un asilo de lunáticos paupérrimos, aparecen llenos de sorpresas.

Su sonido está más equilibrado y su idea musical está más definida, lo que evidencian una cohesión entre el guitarrista Jay Melher (que susituyó al guitarrista original después del primer álbum) y el resto de la banda.

Con su tercera producción, esta banda de Leicester homenajea a los mejores momentos de sonido de Manchester, desde The Stone Roses hasta Primal Scream. En esta ocasión, estos loquitos retoman el camino de la fusión de las guitarras y los sonidos electrónicos con el aderezo de las armonías exóticas con un toque más sesentero, folk y sicodélico.

(Más ingleses que nunca, en la portada aparecen vestidos como antiguos uniformes militares, rodeados en banderas, en la clásica tradición británica del St. Pepper’s de los Beatles hasta el Viva La Vida de Coldplay, pasando por Misplaced Childhood de Marillion.)

Abren contundentemente eléctricos con Underdog e inmediatamente se ponen rítmicos. Where Did All The Love Go?, Take Aim o Vlad The Impaler son absolutos sellos de la casa. Fire es una pieza sorprendente que va de un momento de éstos al siguiente. West Ryder/Silver Bullet o Silver Alphabets son piezas dignas del mejor manicomio, gratificantes recuerdos de Zappa.

Tienen su momento “hippie” en Happiness, con la que cierran un disco que suena más equilibrado y redondo que su antecesor Empire y se parece más en espíritu a su primer disco homónimo y que seguramente pondrá a bailar a más de uno.