Si hablamos de genios precoces con una muerte prematura, este músico texano con grandes gafas y look de nerd puede ser considerado sin duda el James Dean del rock.
Era 1959 cuando a Charles Hardin Holley, Ritchie Valens y Big Bogger Richardson les tocó viajar en aquel avión que nunca llegó a su destino. Charles, conocido profesionalmente como Buddy Holly, tenía 22 años.
52 años después, los productores Randall Poster y Geyla Robb, con la colaboración de Paul McCartney, quien posee los derechos de publicación del catálogo de Holly, convocan a una serie de artistas de primer nivel y le rinden un merecido homenaje.
Con influencias de músicos de su época como Elvis Presley, Chuck Berry, Ray Charles y Bill Haley And The Comets, entre otros, Buddy Holly transformó por completo la forma de entender y componer el rock’n’roll.
La música que un día murió (según Don McClean en su clásico American Pie), renace de forma espléndida en este tributo, que resulta un escaparate de su breve y brillante carrera.
En general el álbum no suena mucho como el original, pero el sentido de un álbum de versiones es aportar una visión diferente y propia de la obra del artista y en este tributo, cada uno de los invitados lo hace, de una u otra forma.
19 canciones que no llegan a una hora de música, lo que a mi gusto habla de la eficiencia de Buddy Holly para componer piezas cortas y llenas de melodía, armonías y ritmos interesantes.
The Black Keys abren con una versión minimalista de Dearest y Paul McCartney hace que parezca fácil hacer un cover rockero de It’s So Easy, son guitarras filosas y toda la actitud. Fiona Apple es la primera voz femenina en colaborar con el clásico Everyday, que tiene la misma ingenuidad de I’m Gonna Love You Too de Jenny O.
Florence And The Machine reversionan Not Fade Away corrigiéndole la plana a la famosa interpretación de The Rolling Stones y logra una de sus grandes interpretaciones en la voz con unos sorprendentes arreglos de percusión.
Baby I Don’t Care es la aportación de Cee Lo Green al estilo de Elvis, mientras que la versión de Rave On de Julian Casablancas es estilizada y oscura, y ambas respetan el estilo de los 50, al igual que Maybe Baby de Justin Townes Earle y Nick Lowe con Changing All Those Changes.
No deja de sonar el estilo country sureño cuando Karen Elson se hace cargo de Crying, Wanting, Hoping o en Oh Boy!, interpretado por She & Him. True Love Ways en manos de My Morning Jacket es aderezada con arreglos de cuerdas, ligera y cautivadora como un suspiro y Modest Mouse hace una extraña versión sicodélica de That’ll Be The Day.
Patti Smith brinda la interpretación más interesante con Words Of Love, que reinventa la instrumentación y la hace suya con soberbios arreglos, siempre con su particular y elegante postura poética y artística.
Kid Rock levanta los ánimos de nuevo con su extraordinaria versión soul y rockabilly con coros gospel de Well All Right, The Detroit Cobras hacen una buena versión indie y post punk con estética retro de Heartbeat y Lou Reed convierte a Peggy Sue en una mezcla de rock alternativo y metal, que nos hace entender su visión del rock y la influencia de Buddy Holly en su música
Como una lógica continuación, John Doe reconocen este estilo y lo imprimen sin más en Peggy Sue Got Married, para dar paso a Graham Nash (The Hollies) que cierra con una sensible y profunda interpretación de Raining In My Heart, que cierra el disco con un aire melancólico, como cuando nos ponemos a pensar en todo lo que hubiera podido aportar este genio de no haber perdido la vida en aquel accidente.
Un verdadero homenaje al legado de uno de los primeros genios de la música popular contemporánea que no debe faltar en la colección de un buen melómano. O si prefieres, puedes escuchar el disco completo aquí.
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