lunes, 28 de febrero de 2011

BEADY EYE: Un buen primer paso.
























Oasis era un grupo gamberro, sucio, rockero, polémico, productivo. Un deleite para los fans y los medios y un blanco fácil para los críticos y snobs. En su día (hace ya 15 años) revolucionaron la escena del brit pop y significaron una influencia para muchos.

Pero Beady Eye no es Oasis, para lo bueno y para lo malo.

Para lo bueno, parece que han intentado buscar nuevas formas dentro de un estilo que ya se repetía en exceso. Para lo malo, les hace falta el toque fino que siempre aportaba el hermano mayor de los Gallagher.

Producido por Steve Lillywhite (Morrisey, U2), Different Gear, Still Speeding, el que hubiera sido el octavo álbum de Oasis, se convierte en el primero de la era post-Noel.

Trece canciones que intentan reivindicar el genio de Liam Gallagher y demostrar que ha madurado no sólo musicalmente, sino también en su manera de ejercer el liderazgo de una banda.

No se sacan de encima el estigma de sus influencias. Los Beatles y la ola británica de los 60 siguen siendo el eje sobre el cual se mueven las variaciones de los cuatro supervivientes del grupo. Pero en esta ocasión incursionan en sonidos y arreglos que amplían el espectro de su propuesta.

Abren heroicamente con Four Letter Word con unos espectaculares arreglos de cuerdas y vientos y continúan con Millionaire, que explota una vena más clásica y bluesera.

En The Roller evolucionan hacia... John Lennon solo, lo cual no es mucha evolución, pero hay que decir en su favor que es una buena canción que recuerda a aquella primera época del Definitely Maybe.

Intentan resolver una eterna discusión en Beatles and Stones, con toda la onda de la sicodelia de The Kinks, mientras que Wind Up Dream es The Who; Bring The Light suena más al rocanrol clásico de Chuck Berry o Jerry Lee Lewis y For Anyone es más ligera, casi naive, con un toque folk y hippie estilo The Byrds.

Quizás es en Kill For A Dream cuando más se extraña al otro hermano. Sólo los Gallagher sabían hacer un himno de una balada y ni siquiera Andy Bell, ahora a la guitarra, puede llenar esos zapatos.

En un juego de contrastes, Standing On The Edge Of Noise y Three Ring Circus son guitarrosas y duras pero Wigwam termina casi como un jingle publicitario. The Beat Goes On es a la que le toca la influencia más beatlesca, con sus ecos de Strawberry Fields y Sergeant Pepper y The Morning Sun va de lo acústico a lo sicodélico para cerrar de forma grandilocuente este trabajo.

Se requiere mucho valor para intentar continuar un proyecto así sin uno de los líderes y fundadores y las consecuencias a la larga pueden ser inesperadas. Sin embargo, Beady Eye logra un disco diverso y con muy buenos momentos que es un buen primer paso para continuar la aventura.
















martes, 22 de febrero de 2011

BRIGHT EYES: El monstruo del indie rock.























Séptimo disco de estudio de la banda lidereada por Conor Oberst, quien recientemente formara parte del supergrupo Monsters Of Folk, lanzado a través de su propio sello Saddle Creek Records.

Junto con el productor y multi-instrumentista Mike Mogis y el pianista y trompetista Nate Walcott, conforman el núcleo de una agrupación que llevan casi una década rodeados de diferentes músicos de la escena indie de Omaha para hacer rock indie, sicodélico y guitarrero, folk y lo-fi de indiscutible calidad.

The People’s Key no es la excepción. Una producción eficiente que se compensa con una rica instrumentación y arreglos orquestales con influencias de la música de los 60 que van en perfecta sincronía con las armonías y la lírica.

Uno de los padres de la estética emo, Oberst fue alguna vez llamado el nuevo Dylan. Poco queda de aquella promesa y su voz ya no es la misma, sin embargo, sus versos y melodías siguen siendo interesantes y originales y no deja de buscar nuevos sonidos.

Un trabajo cargado de misticismo y espiritualidad new age, mezcla sampleos de la voz del músico texano Denny Brewer hablando acerca de rastafarismo y reptilianos como interludio de diferentes movimientos dentro del disco.

Firewall abre contundentemente con un acertadísimo equilibrio entre guitarras y sintetizadores y una batería casi marcial, que acompaña a la actitud  a todo rock de Jejune Stars y Triple Spiral.

Shell Games es quizás el tema más pop. Se pone más sicodélico en Approximate Sunlight, a Machine Spiritual (In The People`s Key) y Begginer’s Mind y Ladder Song muestra su lado más sensible y melancólico.

Halle Selasie y One For You, One For Me son grandes canciones de rock pop con todo en su lugar, una afortunada mezcla de la lírica de Pink Floyd con la alegría de James para cerrar de forma más que acertada.

Un disco que es una buena continuación del proyecto de un músico diferente que a pesar del tempo y los giros en su estilo, sabe reencontrar el camino para expresarse a su manera.

Aquí el video de Shell Games y un streaming completo del disco para los que quieran escuchar y juzgar por sí mismos.









domingo, 20 de febrero de 2011

RADIOHEAD: Más vale calidad que cantidad.























Así de pronto y sin previo aviso, esta banda inglesa lanza The King Of Limbs, su octavo disco, cinco días antes del lanzamiento oficial, de por sí sorprendente e inesperado.

Más que una continuación del anterior In Rainbows, me parece un regreso a esa esencia que los elevó al Olimpo de las bandas de rock con Kid A y Amnesiac.

La continuidad es evidente. Un trabajo en la misma línea experimental que fusiona el rock alternativo con la música electrónica, el post-punk y el jazz, con una estética vanguardista e intelectual, cargada de una inquieta e inquietante sensibilidad artística.

Con tan sólo ocho temas y 37 minutos de duración, el disco es otro exquisito trabajo de ambientes oscuros (desde la portada), atmósferas hipnóticas llenas de detalles de finura en la producción y los arreglos, siempre con el sello de esta incomparable banda.

Abre de forma magistral con Bloom, con esos paisajes sonoros de contratiempos y areglos de cuerdas e instrumentos indefinibles. Morning Mr. Magpie y Little by Little recuerdan absolutamente a temas como Idiotheque o The National Anthem, mientras que Feral es aún más compleja e introspectiva.

Codex y Give Up The Ghost son baladas ambientales, pausadas, delicadas y hermosas, y Separator cierra el disco con clase, una pieza melodiosa en la que aparecen unas guitarras que completan una instrumentación perfecta.

Lotus Flower, el primer sencillo, es intensa y rítmica. Sobre todo es muy divertido ver a Thom Yorke en el video bailando en una mezcla entre Marcel Marceau y Resortes con un estilo tan peculiar que incluso ha generado el hashtag #thomdance en Twitter.

Otro gran éxito de la que probablemente sea la mejor banda inglesa en los últimos 20 años, que sigue produciendo música brillante y muy disfrutable.







miércoles, 16 de febrero de 2011

THE STREETS: Donde las calles se acaban.

























 Mike Skinner, mejor conocido como The Streets, se despide con su sexto disco.

Después de 10 años de carrera, este rapero, músico y productor de Birmingham decide terminar con el proyecto que le ha dado fama y prestigio mundial con su peciliar forma de hacer hip hop alternativo y electrónico, combinando estilos y sampleoscon esa voz siempre pausada y templada al rapear.

Con la colaboración de Rob Harvey de The Music en la voz, el disco tiene un enfoque futurístico en la producción, sencillo y directo, con esos ritmos de garage que le caracterizan y una lírica introspectiva y personal.

Abre con Outside Inside, sonidos electrónicos que se transforman en un ritmo digital acompañado de trompetas y un punteo de guitarra en un ambiente profundo y oscuro. Going Through Hell es más rockera, mientras que Roof Of Your Car, We Can Never Be Friends y OMG son las más pop del álbum, mostrando el lado suave del rapero.

Puzzled By People, Without Thinking o Trying To Kill M.E. figuran su estilo más clásico en los sampleos y la narración. Blip On A Screen es una balada con aire nostálgico que refleja el título del disco, fundiendo tristeza y tecnología cuando canta: “A blip on the screen, you don’t know me, I think about you, and what you’ve grown to be”.

Those That Don’t Know y Trust Me tienen una deliciosa base funk y discotequera. Soldiers es sorprendente, con la voz de Harvey llevánonos a través de la canción marchando sin dudarlo. ABC tiene un beat de la vieja escuela y Skinner se luce con su mejor rap.

Luck the locks cierra con rythm & blues y unos exquisitos coros soul de Claire Maguire, para dar fin a un proyecto que puso al hip hop inglés en la mira del mundo durante la última década.

Esperemos ver de regreso a Skinner en el futuro. Mientras tanto, nos deja de de recuerdo un álbum digno para clausurar una etapa y que demuestra que es de sabios reinventarse a tiempo.












domingo, 13 de febrero de 2011

JAMES BLAKE: Soul minimalista de la era digital.





James Blake es un cantante y compositor inglés de 22 años que, con apenas cuatro EPs lanzados en formato de vinil y para descargar de internet, con su primer LP se está dando a conocer por todo el mundo.

Soul minimalista de la era digital, ambient y dubstep, hecho con sampleos, secuenciadores, computadoras, cajas de ritmo, piano y coros que van creando atmósferas provocadoras, sensuales y oscuras.

Su voz de crooner, en el estilo de Anthony & The Johnsons o Jay Jay Johansen, aparece siempre envuelta en efectos digitales y combinada con una producción espectacular que parece una mezcla entre Bjork, Portishead, Massive Attack y The XX.

Cada canción es un verdadero prodigio de deconstructivismo, con su estética posmoderna y una sensibilidad extraordinaria. Sus melodías insistentes son como mantras instrospectivos que seducen e hipnotizan con su aparente y planeada sencillez.

El disco abre con armonías trip-hop en Unluck; The Wilhelm Scream figura sonidos de jazz y I Never Learnt To Share tiene toda la influencia gospel y blues. La primera parte de Lindesfarne es acapella, con una voz hiperproducida con vocoder, mientras que la segunda parte figura una guitarra que complementa perfectamente el beat de la canción.

Limit To Your Love es el primer sencillo, un tema con influencia rythm & blues que se desenvuelve con un ritmo profundo y melancólico. Give Me My Month figura un piano delicado y preciso como un bisturí y To Care (Like You) es un tema hiper-producido, perturbador e intenso.

Why Don’t You Call Me y I Mind juegan con el breakbeat, frecuencias oscuras, armonías disonantes y un contrapunto rítmico preciso. Y Measurements cierra este trabajo con una maravillosa interpretación vocal retrofuturista.

Desolado y romántico, brillante y decadente, experimental y clásico. Un nuevo artista que revela su alma a través de su voz y su talento.












viernes, 11 de febrero de 2011

ROBERT MILES: Evolución y fusión de la electrónica y el rock.

























Hablando de leyendas, hay algunos músicos que se dan a conocer con un hit y luego sus carreras transcurren paralelas al ojo público.

Este es el caso de Robert Miles. El creador de aquel legendario Children con el que en 1995 la electrónica entraba oficialmente en las grandes listas de popularidad de todo el mundo, está de regreso.

Th1rt3en es apenas su sexto disco de estudio y el primero desde el 2004. Un álbum conceptual de este músico y DJ italiano que marca otra evolución en su sonido. Trece temas en donde el rock progresivo y el jazz se encuentran con la música hecha con computadoras de una forma sorprendente.

Mucho más rockero que el Metallic Spheres de The Orb con David Gilmour, me recordó a Robert Fripp, a Alan Parsons, a Brian Eno y a experimentos más actuales como Funky Porcini o Diplo, pero con unas guitarras muy hard rock y alternativo.

Al disco abre con Orchid Miracle y Moving, dos temas ambientales, y comienza a tomar ritmo con Everything Or Nothing y Afterglow, en los que los instrumentos eléctricos se van integrando a los sonidos sintéticos de forma magistral.

En Deep End y Miniature World da rienda suelta a los riffs de las guitarras distorsionadas, hasta que en Black Rubber desaparece casi todo rastro de sonidos digitales para convertirse en una pieza de rock jazz alternativo y progresivo, fino y duro a la vez.

Con Antimony regresan las programaciones, pero de una poderosa batería abre de nuevo el camino para otra fusión de sintetizadores y tornamesas con instrumentos convencionales, mientras que Archives nos devuelve definitivamente a los beats electrónicos, pero ahora con un bajo delicioso que nos envuelve en un drum’n’bass atmosférico con un groove irresistible.

Con Voices From A Submerged Sea, Nonsense y The Wolf, vuelve a tocar esa base ambiental, mímimal y surrealista, composiciones con una narrativa exquisita para cerrar un gran disco.
Un excelente trabajo en el que Robert Miles demuestra su talento, su vigencia y su inquietud por probar nuevos caminos creativos.




Robert Miles – Everything Or Nothing found on Electronic




Robert Miles – Black Rubber found on Electronic




miércoles, 9 de febrero de 2011

P.J. HARVEY: La cantante y la guerra.


























Polly Jean regresa dispuesta a sacudir Inglaterra y de paso al resto del mundo.

Let England Shake, el octavo disco de la multi-instrumentista, multipremiada y camaleónica cantante inglesa P.J. Harvey, está inspirado en profundas reflexiones acerca de la participación de su país en numerosos conflictos bélicos por todo el mundo a lo largo de la historia, desde Gallipolli hasta Afganistán e Irak.

Sus letras son siempre provocativos poemas que la han colocado siempre entre los grandes cantautores del rock. Sin tono de protesta, habla de la guerra y el destino de aquellos que van a pelear.

Con influencia de T.S. Eliot en la letras, Salvador Dalí y Goya en la estética y The Doors o Velvet Underground en la música, el álbum se mueve del alternativo al folk, con composiciones preciosistas y melodías que coquetean con su lado más pop, dentro del espíritu más libre e independiente de cajones y etiquetas.

De nuevo contando con la colaboración de John Parish y Mick Harvey y Flood en la producción, el disco fue grabado en directo en una iglesia de Dorset y hace gala de una instrumentación interesante, llena de detalles creativos; y la voz de P.J., perfecta, capaz de modularse para crear atmósferas oníricas y delicadas con la misma facilidad con que ofrece su lado más rudo.

Let England Shake abre el disco con una declaración de principios que va inmediatamente al grano como quien va a un parque de diversiones dispuesto a todo. Con gran ritmo y estilo, The Last Living Rose, The Glorious Land y The Words That Maketh Murder son una clara postura crítica, casi sarcástica, de los símbolos que definen al Reino Unido.

All And Everyone es una balada que de pronto se torna furiosa y termina pausada e introspectiva. En On Battleship Hill pone a prueba su calidad vocal y añade un toque muy especial a una gran canción. England figura una voz inmadura e infantil que canta “I live and die through England, It leaves sadness, It leaves a taste, a bitter one”.

In The Dark Places y Bitter Branches nos devuelven el ritmo y Hanging In The Wire nos regresa a las armonías etéreas. Written On The Forehead es otro gran tema que figura un sampleo del clásico reggae “Blood And Fire”, de Niney And The Observers, y que P.J. hace suyo: "Let it burn, let it burn". The Colour Of The Earth cierra el disco con unos coros que cierran magistralmente la obra.

Por si fuera poco, después de ver la exposición “A Darkness Visible”, del fotógrafo Seamus Murphy, decidió colaborar con él, además de filmar pequeñas películas para acompañar cada canción.

Otra genial obra de una artista siempre inquieta y que no tiene miedo a decir lo que piensa con música y palabras.













lunes, 7 de febrero de 2011

MOGWAI: El rock después del rock.




 




















El séptimo trabajo Mogwai, la banda emblema del llamado post rock, no decepciona.

Lleva por título el provocador título de Hardcore Will Never Die, But You Will, y con esa actitud retadora están de regreso con un álbum de altísima calidad.

Combinando de manera exquisita las atmósferas con los detalles de ruidos y distorsiones, desechando prácticamente la lírica en favor de los ambientes eléctricos instrumentales, se han ganado un lugar dentro de un género que va más allá del shoegazer o el indie para recuperar el espíritu del rock progresivo y la música conceptual y abstracta.

Casi perfectos en la interpretación, cada una de las diez composiciones del disco está orquestada de forma que resulta un pequeño viaje a través de paisajes hermosos y perturbadores al mismo tiempo, con virtuosismo y una sensibilidad intensa.

White Noise abre de manera sencilla y apacible, con una muestra de ese particular estilo que les caracteriza. Mexican Grand Prix comienza a ponerle ritmo con la velocidad de un fómula uno, con letras que son apenas un susurro sobre un continuo de sonidos que avanzan sobre una pista de sonidos y Rano Pano hace gala de una majestuosa melodía.

Con Death Rays vuelven al terreno de lo onírico con un piano que viaja como un pájaro en medio de la tormenta; en San Pedro vuelven a un beat más acelerado, con unos riffs de guitarras hard rock, mientras Letters To The Metro es una hipnótica pieza downtempo.

George Square Thatcher Death Party retoma el camino con energía y la voz cantante, aunque distorsionada, forma parte como un instrumento más en la canción. en un tema épico con influencias del jazz y la música sinfónica. How To Be A Werewolf es el tema más pop y quizás el más fino, el perfecto punto medio entre las armonías ambientales y las distorsiones, el upbeat y los riffs rockeros, todo conjuntado con una excelente producción.

En Too Raging To Cheers regresan a las meditaciones profundas que se convierten y You’re Lionel Richie cierra el disco con ocho minutos y medio de música absolutamente apabullante, directa, ruidosa, precisa, envolvente y cautivadora a la vez.

Otra gran obra de esta banda escocesa que nos trae un poco más de su genial propuesta y nos viene a recordar que aún hay mucho rock después del rock.








viernes, 4 de febrero de 2011

ASIAN DUB FOUNDATION: Sonidos del aquí y ahora.

























History Of Now es la producción número 12 de este colectivo multicultural basado en Londres que después de 15 años de carrera no baja la guardia.

Siempre activistas de innumerables causas, en esta ocasión vuelven la mirada a las cuestiones socioeconómicas que han sacudido al mundo en los últimos años, mientras intentan hacer el retrato del aquí y ahora de un mundo rodeado de tecnología.

Y como una metáfora, el concepto de este álbum gira en torno a una serie de “apps” dentro de las cuales Asian Dub Foundation (ADF) intentan englobar toda su filosofía para crear una comunidad alrededor de los temas que ellos consideran importantes.

Con su acostumbrada actitud punk, no dejan de sorprender con su ecléctico cóctel de sonidos que rescata como siempre las raíces del world music y el dub hindú y los fusiona con breakbeat, jungle, drum’n’bass, funk, hip hop, rapcore y ragga, con guitarras distorsionadas, ritmos frenéticos y sintetizadores.

Desde el principio abren con todo, derrochando energía con A New London Eye y Urgency Frecuency para después ponerse elegantes en London To Tokyo, una sofisticada canción con estupendos arreglos y llena de detalles sonoros. History Of Now se desenvuelve con toda la actitud sobre un steady beat delicioso mientras canta “You can’t download the sun / You can’t download the sea”.

Spirit In The Machine figura unos riffs y un beat más rockero y Where’s All The Money Gone se centra en las percusiones, creando una hipnotizante pieza para mover las caderas. En In Another Life vuelven a un groove más lento y cadencioso, melodías del medio oriente, una batería poderosa y precisa y un fraseo muy acertado en el rap.

Apenas se dan un respiro con Power Of 10, un sorprendente tema ambient de exquisitas atmósferas marinas y cósmicas, para regresar a los ritmos intensos y hard core con Future Proof, el tema más oscuro y pesado del disco. This Land Is Not For Sale retoma el upbeat mientras cantan en español acerca del problema de la tenencia de la tierra y Atenco, acabando a todo punk rock con mucho estilo.

Temple Siren cierra el disco con una cátedra de dub rastafari de la vieja escuela que de pronto crece épicamente y se convierte en un mosaico delirante de ritmos, percusiones, armonías y efectos digitales.

Un álbum bien producido que es una excelente continuación de su ya larga carrera, siempre dispuestos a revolucionar a las buenas conciencias con música, palabras y baile.






martes, 1 de febrero de 2011

ADELE: El alma de una joven diva.
























A los 19 saltó a la fama mundial y al parecer fue demasiado para ella, teniendo que retirarse de la luz pública. 


Su única grabación durante esa etapa fue una versión de Many Shades Of Black, junto con Jack White y The Raconteurs. Ahora, en su nueva producción, 21, vuelve a descargar una buena dosis de soul pop de gran calidad, con influencias de Miles Davis, Otis Redding, Wilson Pickett y el rythm & blues al estilo de las grandes divas americanas, en un rango tan diverso que va desde Diana Ross hasta Janis Joplin o Celine Dion.

Lo que llama la atención es su portentosa voz, única en su matiz, su potencia y la su emotividad al interpretar esas melodiosas composiciones de corte romántico con la actitud de toda una estrella.

Abre con fuerza con Rolling In The Deep y Roumour Has It, dos piezas de poderoso soul que a nadie te ponen a bailar, mientras Turning Tables, Don’t You Remember, Take It All y Someone Like You, son baladas tremendamente románticas que hacen suspirar hasta al más rudo.

Set Fire To The Rain, He Won't Go o One And Only animan un poco el disco, con una instrumentación más rica, aunque en su versión más pop, y con I’ll Be Waiting regresa al buen ritmo, los coros y esa prodigiosa forma de cantar que la ha hecho famosa.

Como cereza a una gran tarta, su interpretación de Lovesong resulta una pequeña genialidad que rescata todo el sentimiento del clásico de The Cure; If It Hadn’t Been For Love es una deliciosa pieza de blues y cierra de forma delicada con Hiding My Heart, una guitarra y su particular estilo de convocar emociones.

Un disco que nos revela el alma de esta joven cantante, que sin duda continuará alcanzando cada vez nuevos horizontes.