A los 19 saltó a la fama mundial y al parecer fue demasiado para ella, teniendo que retirarse de la luz pública.
Su única grabación durante esa etapa fue una versión de Many Shades Of Black, junto con Jack White y The Raconteurs. Ahora, en su nueva producción, 21, vuelve a descargar una buena dosis de soul pop de gran calidad, con influencias de Miles Davis, Otis Redding, Wilson Pickett y el rythm & blues al estilo de las grandes divas americanas, en un rango tan diverso que va desde Diana Ross hasta Janis Joplin o Celine Dion.
Lo que llama la atención es su portentosa voz, única en su matiz, su potencia y la su emotividad al interpretar esas melodiosas composiciones de corte romántico con la actitud de toda una estrella.
Abre con fuerza con Rolling In The Deep y Roumour Has It, dos piezas de poderoso soul que a nadie te ponen a bailar, mientras Turning Tables, Don’t You Remember, Take It All y Someone Like You, son baladas tremendamente románticas que hacen suspirar hasta al más rudo.
Set Fire To The Rain, He Won't Go o One And Only animan un poco el disco, con una instrumentación más rica, aunque en su versión más pop, y con I’ll Be Waiting regresa al buen ritmo, los coros y esa prodigiosa forma de cantar que la ha hecho famosa.
Como cereza a una gran tarta, su interpretación de Lovesong resulta una pequeña genialidad que rescata todo el sentimiento del clásico de The Cure; If It Hadn’t Been For Love es una deliciosa pieza de blues y cierra de forma delicada con Hiding My Heart, una guitarra y su particular estilo de convocar emociones.
Un disco que nos revela el alma de esta joven cantante, que sin duda continuará alcanzando cada vez nuevos horizontes.
Uy!! Soy re-fan de Adele!! Es de esas personas a las que basta escucharlas una sóla vez para saber que van a ser grandes.
ResponderEliminarSeguro!!! Y lo mejor es que no es una estrellita guapa prefabricada sino una chava con una vez extraordinaria y un talento increíble, onda Aretha Franklin pero blanca.
ResponderEliminarSaludos :)