Sexta producción de este cuarteto de Austin, Texas que con tres guitarras y una batería pueden hacer música sorprendente.
Rock instrumental que es por momentos suave y envolvente y de pronto es poderoso y estridente. Rock pop, duro y conceptual, si es que es posible unir estas etiquetas en un sonido tan original. Post-rock herencia y contemporáneos de bandas como Mogwai, Low, Tortoise y demás.
Quizás lo más interesante de Explosions In The Sky sea esta forma de construir verdaderas sinfonías, con diferentes movimientos y una narrativa preciosista en la que la ausencia de voces la hace capaz de transportarnos tanto a lugares de ensueño y momentos de catarsis.
Desde la portada, es un álbum muy natural y orgánico y este aprecio por la naturaleza se nota en cada ambiente que reflejan y en cada sonido, incluídas las distorsiones o el beat frenético de los tambores.
Sin embargo, Take Care, Take Care, Take Care tampoco es muy diferente a sus antecesores, repitiendo con precisión su forma de construir e interpretar grandes piezas. Ocho temas de 8 a 10 minutos cada uno, 46 minutos de impresionante despliegue de virtuosismo y claridad estética.
Abren espectacularmente con Last Known Surroundings, con una batería intensa como base de armonías y distorsiones que flotan en el aire como gaviotas sobre las olas que rompen abajo en las rocas. Human Qualities tiene un espíritu primaveral y ligero, con delicados apegios y líneas que se sobreponen para terminar de forma grandiosa con un espiritu épico y mucho ritmo.
Trembling Hands, que con sus 3 minutos 32 segundos sería el sencillo para la radio, es una pieza sorprendentemente directa y con un ritmo urgente y con una interesante influencia de UNKLE en los diferentes niveles de instrumentación con que arman la canción.
Be Comfortable, Creature es una canción fina y bien lograda, como un vals sobre un mar nervioso que termina en un ambiente de calma y quietud y Postcard From 1952 es un momento de nostalgia que se vuelve celebración del presente y nos deja colgados al recuerdo de un futuro mejor.
Finalmente, consiguen momentos exquisitos en Let Me Back In, con sus 10 minutos de duración, que cuenta su historia con un groove cadencioso y tropical que viene y va como las olas y de pronto para y vuelve a comenzar hasta que se desvanece como el atardecer.
Un trabajo impecable, perfecto para escuchar como música de fondo acompañando cualquier momento o para sumergirse en un viaje interior delicioso e inspirador.
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