The Pains Of Being Pure At Heart, uno de los últimos llegados a la escena musical de la generación emo está regreso. Con su indie pop y ruidoso, esta banda de Nueva York de nombre kilométrico presenta su segundo disco, Belong.
Sin cambiar sus voces lánguidas, canciones frescas y juveniles, letras adolescentes que hablan de amor y corazones rotos y su característico ruido, ahora un poco más refinado.
Gracias a la producción de Alan Moulder y Flood (NIN, My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain, Smashing Pumpkins) consiguen que las bases y la programación brinden una dimension nueva a su música.
Con influencias de los 80 y 90 que van de Morrisey hasta Smashing Pumkins pasando por The Cure pero con toda la actitud del siglo 21, demuestran una notoria mejoría técnica, con guitarras más eléctricas y afiladas y beats más variados, rítmicos e interesantes.
Comienzan con mucho ritmo, cualquiera diría que más maduros, optimistas y rockeros, con Belong, que da nombre a este trabajo, en el que encontramos canciones más parecidas a su primer disco como Heavens Gonna Happen Now o Even In Dreams y otras que muestran la evolución del sonido del grupo.
Heart In You Heartbreak tiene un aire más suave y naïve y The Body tiene una instrumentación llena de detalles sonorous, mientras que Anne With An E es una balada con influencias del rock de los 50, dream pop al estilo emo
My Terrible Friend es una excelente pieza que logra como siempre grabarnos en la cabeza su melodía, Girl of 1000 Dreams es dura y directa y Too Tough tiene ese steady beat que le da una cadencia deliciosa, quizás un poco larga y repetitiva pero siempre precisa en comunicar la emoción que pretende transmitir.
Strange cierra de forma perfecta y con mucha energía este disco en el que sobre todo, se nota un crecimiento, buen gusto y el compromiso del grupo con la evolución de su propuesta.
Un trabajo que ha dejado a todos sorprendidos y una buena señal de que vendrá más y mejor música de este cuarteto en el futuro.
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