martes, 14 de junio de 2011

AMON TOBIN: Deconstrucción programada.




Este increíble músico brasileño radicado en Canadá regresa con un trabajo que va del audio a la multimedia, reafirmando su calidad de artista e innovador incansable.

Desde que sorprendiera al mundo con su drum’n’bass en los 90, Amon Tobin se ha dado gusto produciendo grandes discos y ha grabado soundtracks para películas como π (Darren Aronofsky, 1998) o videojuegos como Tom Clancy’s Splinter Cell (2005).

En ISAM da un paso hacia la experimentación audiovisual y la música conceptual, con influencias que van de Brian Eno o Philip Glass hasta Aphex Twin o Funki Porcini, pasando por Autechre o Diplo, continuando un camino que ya había comenzado a explorar en Foley Room (2007) y que ahora lleva un poco más allá.

En esta ocasión, las bases programadas son reducidas a su mínima expresión, de forma que resulta casi una interpretación de jazz y breakbeat ambiental y abstracto deconstruído con su peculiar y único estilo.

Sampleos infinitos, ruidos sintéticos, grabaciones moduladas y distorsionadas, percusiones sutiles, voces y coros lejanos y todo un universo de recusos colaboran a estructurar un caleidoscopio de ambientes, ritmos y detalles llenos de expresividad.

De lo natural y orgánico a lo artificial y digitalizado, resulta una producción fascinante, un elaborado y exquisito cosmos en el que Tobin se arriesga y en lugar de complacer, da rienda suelta a su imaginación.

Journeyman y Dropped From The Sky son las canciones que abren y cierran, respectivamente, y son excelentes pieza que conjugan a la perfección la intención del disco y quizá sean la más escuchables para una audiencia que no esté acostumbrada

A partir de ahí tiene piezas más ambientales y oníricas como Piece Of Paper, Surge o Calculate, otras más obsesivas y oscuras como Goto 10, Mass & Spring o Night Swim e incluso más rítmicas y ligeras como Wooden Toy y Kitty Cat.

Bedtimes Stories es una canción de cuna con cierta perversión y el bonus track One Last Look es una perfecta conclusión para un álbum delicioso y con una impecable producción.

Entre otros instrumentos electrónicos, Tobin utiliza un teclado Haken Continuum, una computadora WraithTone y muchísimos procesadores para “morphear” sus sampleos.
Si te interesa, hay un video en el que puedes ver un poco más acerca de cómo grabó y sintetizó sus sonidosY si quieres, también puedes escuchar el disco completo con comentarios del propio Amon Tobin en Soundcloud.








Por otro lado, la propuesta escénica desarrollada por V Squared Labs y Leviathan para presentar este concepto es simplemente espectacular. La idea era integrarse, casi literalmente, con la escenografía y el sonido, lo cual logra con una escenografía basada en cubos que son como pixeles gigantes sobre los que se proyectan las imágenes que redondean el show. Impresionante, sin duda.





Por si fuera poco, Tobin trabajó junto con el fotógrafo y escultor Tessa Farmer en el proyecto multimedia “Control Over Nature”, una metáfora de la construcción y deconstrucción, protagonizada por insectos y micro esqueletos alados.

Casi nada para un artista que, a punto de cumplir los 40, lleva un buen rato ya en la cima del mundo, dispuesto a llegar tan alto como pueda a la alturas de los grandes genios musicales de nuestro tiempo.









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