Justin Vernon es uno de esos músicos intrigantes, un verdadero artista que sabe transformar las vueltas de la vida en expresiones llenas de profundidad y belleza.
Desde Wisconsin, en donde estuvo recluido en una cabaña para superar una terrible depresión y una mononucleosis, nos trae su segundo trabajo como Bon Iver (una variación del francés “bon hiver”, buen invierno), tras sorprender al mundo entero con For Emma, Forever Ago (2008), que lo catapultó de inmediato al nivel de los autores de culto.
Después de colaborar con Kanye West en My Beautiful Dark Twisted Fantasy y del éxito de su tema “Skinny Love”, se da una vuelta por las praderas y paisajes norteamericanos para capturar el sentimiento de la soledad en los bosques y traernos un disco realmente sorprendente.
Composiciones introspectivas e intimistas llenas de elegancia y finura en los arreglos, con una instrumentación exquisita basada en guitarra, piano, sintetizadores, cuerdas y vientos y ese estilo suyo al cantar en tonos agudos con ese marcado falsetto que lo caracteriza.
Más rock y menos folk, más experimental y cuidadoso con los detalles, elegante, sofisticado y tremendamente bien producido. Con una propuesta entre Cocteau Twins, Radiohead, Iron & Wine y James Blake, es un álbum lleno de referencias a los lugares reales o imaginarios que conforman su universo.
Abre con Perth de forma soberbia, incluyendo cuerdas, trompetas y percusiones deconstruídas de forma épica. Minnesota, WI continúa con la misma intención pero con más ritmo y con diferentes movimientos que nos llevan de la mano con suavidad.
Holocene explora regiones llenas de melancolía, mientras que en Towers la melodía se anima un poco más con aires indie y Michicant flota como un vals delicado, como un copo de nieve que baila flotando al atardecer.
Hinnom, TX pasa casi como una sombra sutil, desvaneciéndose a lo largo de detalles brillantes que contrastan con una voz profunda. Wash tiene el sentimiento del agua que corre por un arroyo con el sonido del piano como el reflejo de la luz entre los árboles.
Calgary comienza atmosférica y etérea, con lánguidas voces sobre una sutil melodía que de pronto crece y envuelve todo el ambiente y Lisbon, OH es un breve tema ambiental que da paso Beth/Rest, la pieza más pop del álbum, si es que algo tiene de convencional, para despedir este trabajo con la elegancia de los grandes maestros.
Un disco excelente que puede ser escuchado una y otra vez. A falta de videos, te dejo un par de remixes de los temas Calgary y Perth. Y si quieres conocer sus letras poéticas, surrealistas y ambiguas, puedes consultarlas aquí.
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