En una época en donde las nuevas bandas y artistas intentan mezclar elementos electronicos, inventar vanguardias o reciclar viejos sonidos, algunos artistas se mantienen fieles a las raíces.
Ben Harper siempre ha sido un músico de que va de cantautor sin pretensiones, que es capaz de escribir dulces melodías así como grandilocuentes temas rockeros basados en la guitarra para expresar todo tipo de emociones.
Dos años después de su anterior grabación White Lies For Dark Times (2009), regresa con Give Till It’s Gone, grabado en California, en el estudio del mismísimo Jackson Browne, esta vez como solista, aunque cuenta con un poco de ayuda de sus amigos de Relentless7, así como un colaborador de lujo en la figura del baterista de los Beatles, Ringo Starr.
Rock, blues, folk y soul que se mezclan en sus canciones personales, duras y directas, que contrastan con los momentos de suavidad y sensibilidad; letras cargadas de reflexión e introspección que no caen en las formulas pop.
Don’t Give Up On Me Now abre con un tono personal, casi una confesión para explicar las intenciones del disco (“I need to change, I don’t know how / don’t give up on me now”), mientras que en I Will Not Be Broken se pone tema dramático, lleno de dolor y sentimiento desbordado (“Give and you give and you give till it’s gone / then the people you fight hardest for say you’re wrong”).
Rock’n’roll Is Free es una pieza de rock clásico que según Harper está inspirada en Neil Young, con influencias de los 60 y que suena con toda la potencia del siglo 21. Se toma un respiro con una balada inocua como Feel Love, sólo para regresar con toda la fuerza y una instrumentación llevada al extremo en la sobreproducida y barroca Clearly Severely.
Ringo Starr colabora en la beatlesca Spilling Faith, que tiene continuiad en la instrumental Get There From Here, que es en realidad un jam improvisado de casi 6 minutos en donde dan rienda suelta al mejor fruto de su amistad.
En Pray That Our Love Sees The Dawn cuenta con la participación de Browne, que pone su voz en un tema con sentimiento country, mientras que en Waiting For A Sign va del soul al rock con una maestría impecable.
Para terminar, Dirty Little Lover recupera toda la fuerza de las guitarras, al igual que Do It For You, Do It For Us, una pieza compleja que cierra el disco abruptamente aunque con toda la actitud.
Una excelente producción que tiene de todo y que no defraudará a sus seguidores.
Y si te interesa escuchar un poco más, te recomendamos la versión acústica de Don’t Give Up On Me Now.
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