domingo, 12 de junio de 2011

ARCTIC MONKEYS: Vintage y alternativos.




Ya está aquí el esperado cuarto álbum de esta banda de Sheffield, con el que demuestran que tienen toda la intención de seguir en ascenso.


Cinco años después de darse a conocer a través de Internet, en el mundo off-line no dejan de dar conciertos, no dejan sus proyectos personales y aún así se mantienen en el radar con base en el trabajo duro y la búsqueda constante de nuevas formas de reinventar su propuesta.

Quizás por eso Suck It And See tiene un sonido más vintage, en donde se nota el liderazgo de Alex Turner y su idea musical (llevada al extremo en The Last Shadow Puppets, junto con Miles Kane) pero a costa de perder un poco de su fuerza y su natural desenfado e irreverencia.

Regresa a la consola James Ford, el productor de sus primeros dos discos, lo cual también les devuelve una parte de su sonido crudo y directo, aunque ahora se mezcla con una onda “vintage” de los años 50 y 60 y estilos que van de The Kinks a The Zombies y de Nick Cave a los Pixies, lo que de alguna forma los acerca más al indie rock que a la música alternativa británica de hoy en día.

Composiciones más finas que son muestra de madurez; melodías más alegres y canciones menos ruidosas pero sin pretender ser virtuosos; una intensidad moderada, más ligeros, con letras más maduras, ricas y sensibles, temas perfectos para la interpretación más suave y evolucionada de su vocalista.

Abren con She’s Thunderstorms con guitarras finas y precisas y, como si de se tratara de una segunda parte, continúan de forma natural con Black Treacle. En cambio, Brick By Brick viene con más fuerza y un ritmo con influencias a go-go, casi sicodélicos.

The Hellcat Spangled Shalalala tiene igualmente toda la onda hipster pero con un inusitado espíritu optimista (aunque sea sarcástico), que contrasta con la poderosa Don’t Sit Down ‘Cause I Moved Your Chair y con Library Pictures, en donde dan rienda suelta a su lado más duro y oscuro.

Josh Homme (Queens Of Stone Age) colabora con su voz en All My Own Stunts, que es como el punto medio entre las influencias del pasado y la fuerza rockera del presente, aunque sólo para volver a la inspiración retro en Reckless Serenade - que empieza diciendo "topless models/ doing some more fun".

De nuevo bajan el tono y llegamos a la suavidad de Piledriver Waltz (que de hecho se encuentra en la banda sonora de Submarine) y Love Is A Laserquest, para animarse un poco en Suck It And See con una gran instrumentación y una magnífica interpretación, digna de la canción que da título al álbum, y That's Where You're Wrong, que cierra el disco de forma elegante.

Un disco que a pesar de ser buen trabajo nos hace preguntar si de verdad se trata de un nuevo comienzo o de una transición entre una zona de confort y una verdadera innovación.














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