miércoles, 12 de octubre de 2011

FEIST: Momentos de reposo e intensidad.




El nuevo disco de una creadora inquieta que no deja de sorprender y de alcanzar nuevas metas en su carrera.

Leslie Feist es una de esas joyas preciosas que de pronto surgen en la tierra para recordarnos la naturaleza femenina de la creatividad.

Después de haber sido vocalista en una banda punk, compañera de tours de Peaches y miembro de Broken Social Scene, esta cantante y compositora canadiense lanza su quinto álbum como solista en una carrera de más de 10 años de giras y grabaciones.

Con la herencia de PJ Harvey o Cat Power, Feist es a su vez punta de lanza de una generación en la que destacan Florence And The Machine o Lykke Li, reviven la memoria de las eternas Joni Mitchel o Patti Smith y constituyen la crema y nata de un gran movimiento vocal y musical que se continúa en pleno siglo 21.

Blues, rock, folk, experimental y toda la actitud indie que desafía las definiciones del término pop, no deja de haber algo muy oscuro y serio junto con esa aparente dulzura y ligeresa para expresarse.

Con una producción excelente a cargo de Chilly González y el productor y compositor somalí-canadiense Mocky, Metals tiene un sonido cuidadosamente lo-fi y una instrumentación semi-orquestal similar a Iron & Wine, My Morning Jacket o Beirut, con guitarra, piano, violines, instrumentos de viento y percusiones.

Canciones de ritmo moderado a lento, introvertidas y apasionadas, con arreglos finos y minimalistas; 50 minutos de buenas composiciones bien interpretadas; definitivamente no es música fácil de entender a la primera escucha, pero tiene una gran coherencia y crea un paisaje único con los diferentes sonidos y escenarios de cada tema.

Abre bluesera, con guitarra y tambores en The Bad In Each Other, que cede al lamento de Graveyard, una canción grave al igual que Comfort Me, con ese ritmo lento y pesado, como de procesión, a los que recurre con frecuencia en el disco, que se contraponen a los momentos dulces y delicados que logra en Caught A Long Wind, Bittersweet Melodies o Cicadas & Gulls, con su guitarra acústica y coros que evocan un apacible atardecer.

Justo en la mitad del álbum destacan How Come You Never Go There?, el primer sencillo, con sus guitarras al estilo Neil Young y su voz cercana al soul; A Commotion, que recobra intensidad y actitud con distorsiones y coros disonantes; y The Circle Married The Line, una hermosa balada rítmica en la que la voz de Leslie simplemente se muestra libre y precisa, melodiosa y poderosa.

Anti-Pioneer es una canción compuesta hace 10 años y que hasta ahora le convenció suficiente como para grabarla, fina y minimalista, armoniosa y artística, mientras que The Undiscovered First comienza lenta y va creciendo hasta convertirse en un ritual majestuoso de júbilo y belleza.

Get It Wrong, Get It Right es otra conmovedora y madura composición que reflexiona acerca de las decisiones que tomamos en la vida, para despedir el álbum con la misma resignada melancolía con la que se despide un domingo.

Un trabajo fresco y bien realizado que reafirma la enorme calidad de esta cantante que nos deja con la curiosidad de ver qué nuevas fronteras va a explorar.











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