Uno de los genios de la música del siglo 21 regresa con un álbum doble bajo el brazo en el que resume su pasado como una evolución constante.
Hurry, Up, We’re Dreaming es el sexto disco en diez años de carrera del proyecto del francés Anthony Gonzalez, 22 canciones en las que hace gala de seguridad y da rienda suelta a su creatividad y talento.
Con composiciones de Yann Gonzalez y acompañado por Loïc Maurin, Pierre-Marie Maulini y Nicolas Fromageau, fue un disco planeado y grabado a lo largo de tres años, en los que re-definió su música a partir de recurrir a la raíz y a la historia de su propio sonido.
En palabras de González, este trabajo es una reflexión acerca de cómo los sueños van cambiando, de sus 30 años como ser humano y una revisión de toda la música que había hecho hasta ahora: indie, electrónica y rock experimental que se mezcla con dream pop y con influencias de la estética de los 80 para crear atmósferas envolventes que van del synth pop al ambient o al post rock.
Bajo la producción de Justin Meldal-Johnsen (Beck, NIN, The Mars Volta, Goldfrapp), por momentos recuerda un poco a una combinación de Animal Collective y Mogwai. Cuenta con pequeños interludios instrumentales, de uno a dos minutos, que sirven de transición entre algunos temas. Sin ser conceptual, más allá de ser una colección de canciones es una obra muy completa en la que cualquiera puede encontrar más de un canción que se convertirá en su favorita.
Abren con una magnífica Intro en la que participa Zola Jesus, aportando ese aire operístico y grandilocuente, seguido por Midnight City, que despierta a la ciudad a medianoche con un ritmo. Demuestran su lado más pop y bailable en temas como Reunion, Claudia Lewis, New Map, Ok Pal o Steve McQueen, y se ponen sensibles y ensoñadores en Wait, Soon My Friend, que cierra el primer disco con elegancia o Splendor.
Destacan Raconte-Moi Une Histoire, con su onda experimental y armonías optimistas que va creciendo debajo de la voz de un niño; This Bright Flash, que explota con actitud punk; Year One, One UFO, una interesante mezcla de folk y sicodelia electrónica; o el post rock de frecuencias saturadas de Echoes Of Mine.
My Tears Are Becoming A Sea abre el segundo disco de forma épica, mientras que Outro cierra la obra con armonías espaciales que nos dejan flotando, maravillados después de un gran viaje a través del universo musical de este grab artista.
Sin duda un disco enorme, más allá de su duración, porque logra conjuntar todos los sonidos y facetas que se conocen de M83 en un solo trabajo de gran calidad.
He escuchado suficiente y todo es fantástico... Será mi próxima compra. Me encantó la reseña y me encanta el blog.
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