Iron & Wine proviene de a una guía nutricional llamada “Beef, Iron & Wine”. En plan vegetariano, si quitamos la carne, nos queda el nombre proyecto del barbado cantautor estadounidense Samuel Bean.
Kiss Each Other Clean es su cuarto álbum de estudio, un trabajo magnífico que sólo reafirma su gran calidad, que ha sido ya “distinguida” en numerosas ocasiones por su participación en la banda sonora de varias series de TV y películas.
Música inclasificable, pop indie, alternativo y folk rock, fino y sensible, pero sin ser cursi. Composiciones sencillas, casi intelectuales, en las que Bean se atreve a tomar riesgos y experimentar con diferentes texturas, tanto en la voz como en lo musical, conjuntando todo con una gran calidad en la producción.
El disco abre reflexivo y pausado con Walkin Far From Home y Me And Lazzarus, creando desde el primer momento atmósferas absolutamente envolventes, seguido de Tree By The River y Half Moon, que transitan por territorios del country rock, y a partir de aquí viene lo mejor.
Monkeys Uptown es un exquisito tema, sicodélico y rítmico, con unas percusiones precisas y pequeños detalles y efectos especialespor todas partes. Rabbit Will Run es más obscura, con una lírica al estilo de Pink Floyd, una gran instrumentación y sorprendentes arreglos. Big Burning Hand tiene toda la influencia del blues de Nueva Orleans y el hip hop, con su guitarra funky, sax, clarinete, coros, tornamesas, sintetizadores y efectos especiales.
Glad Man Singing es simplemente melodiosa e hipnótica, trayendo de vuelta toda la buena onda del espíritu hippie, preparando el terreno para cerrar con Your Fake Is Good Enough For Me, otro complejo ensamble magníficamente acoplado, una canción en dos movimientos perfectamente orquestados que terminan de forma delirante.
Un disco que vale la pena ser escuchado una y otra vez para descubrir y disfrutar sus pequeños detalles y misterios de cada uno de sus temas.
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