miércoles, 6 de abril de 2011

GLASVEGAS: Glasgow al estilo Las Vegas.






















Debutaron en el 2008 llamando la atención de todo mundo y con su corta trayectoria han sido ya supervivientes de múltiples batallas y son protagonistas de los mejores festivales.

Con su rock indie con un toque emo, melodías inspiradas en los 50 y su cabello engominado, esta banda de Glasgow se convirtieron en muy poco tiempo en el orgullo del rock escocés. Y para deleite de los que esperábamos algo grande en su segundo disco, en EUPHORIC /// HEARTBREAK \\\ muestran una cara distinta, mejorada.

Teniendo a Flood tras la consola, la producción tiene un estilo más brillante, quizás demasiado cercano a The Killers (para bien y para mal), pero a cambio perfecciona la interpretación, se atreve a buscar nuevos caminos y trae por momentos grandes recuerdos de Echo & The Bunnymen.

La voz profunda y melancólica de James Allan suena mejor, los teclados cobran más protagonismo, la batería suena diferente tras el cambio de Caroline McKay por la sueca Lonna Jofgrën. El bajo es eficiente y discreto y cambian por momentos esas características guitarras distorsionadas que crean ambientes de ruido por precisos y elegantes riffs al estilo de The Edge.

Aumentan la velocidad, con unos arreglos elegantes y una instrumentación más rica, un sonido más potente y refinado, casi épico, siempre dramático, sin perder esa mezcla de fuerza y sentimientos sublimes que los hacen inconfundibles.

Abren con el perludio atmosférico Pain Pain, Never Again que de pronto explota poderosamente en The World Is Yours, You y Shine Like Stars, marcando definitivamente el rumbo del disco.

A continuación bajan el ritmo pero no la intensidad, con esas exquisitas baladas emocionalmente llevadas a la exageración, como son Whatever Hurts You Through The Night, Stronger Than Dirt (Homosexuality Pt. 2) o I Feel Wrong, con todo el sello de la casa.

Dream Dream Dreaming se queda a medio camino entre el experimento y lo ya conocido, mientras que Euphoria, Take My Hand puede ser la que mejor demuestre el paso adelante que han dado, ya que captura a la perfección el espíritu del grupo trabajando de la mano de su productor.

Lost Sometimes comienza con un aire a Depeche Mode y termina acelerando para cerrar con Change, un epílogo ambiental y minimalista para una trabajo que en realidad demuestra ímpetu y vigor.

Una evolución de su música que es una grata sorpresa. Once canciones con las que demuestran una sofisticación y una actitud que los hace aún más interesantes.












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