Vices And Virtues es el tercer disco de esta banda de Las Vegas que desde el título prometen un mundo de contrastes y diversidad.
Después de la partida de dos de sus miembros, Brendon Urie y Spencer Smith se quedaron como dúo, pero no bajan la guardia y se animan tocar todos los instrumentos para continuar con su propuesta.
Eléctricos e intensos como siempre, rock duro y alternativo de influencias punk, en este regreso vuelven a experimentar con una diversidad de estilos, desde el pop barroco hasta los sonidos más directos y guitarreros.
Suena un poco a una mezcla de sus anteriores trabajos, con arreglos llenos de imaginación y llenos de brillantes detalles musicales, una instrumentación rica y una producción excelente.
Más suaves, pero también más finos, un trabajo un tanto ecléctico que refleja su inquietud artística y la poca preocupación por fijarse en estereotipos, demostrando un crecimiento tanto en la composición como en los arreglos.
La primera parte es más rockera, mientras que la segunda parte es más interesante, en donde la experimentación cobra más protagonismo y se permiten más variedad de estilos.
The Ballad Of Mona Lisa abre con la fuerza de los hits de radio y sin embargo es una buena canción de rock, quizás más clásicos o convencionales, pero continúan con Let´s Kill Tonight, más cercano a su primer trabajo y termina con unos exquisitos arreglos de cuerda o Hurricane, que suena más actual y nu-rave.
Memories, Trade Mistakes y Ready To Go (Get Out Of My Mind) siguen con esa línea, llenas de arreglos un tanto ochenteros y noventeros pero siempre eficientes y en armonía con la estética de su propuesta.
Entonces llega Always, una exquisita balada delicada y sensible que muestra ese lado emotivo de la banda, seguida por The Calendar, una de las mejores piezas del álbum, que retoma el ritmo y la energía a la vez que exhibe la madurez alcanzada por el dúo.
Sarah Smiles comienza con aires folk y de pronto tiene arreglos de viento y un ritmo más atrevido y finalmente Nearly Witches (Ever Since We Met) tiene esa influencia de los Beatles o los Beach Boys, para terminar sorprendentemente con un magnífico coro de niños estilo gospel.
Un disco entretenido que seguramente es un primer paso de una nueva etapa de descubrimiento y colaboración de una banda joven que aún tiene mucho que dar.
Como cereza del pastel, en el cortometraje The Overture nos invitan a ese mundo suyo tan particular, como un enorme y oscuro circo en el que todo puede pasar.
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