miércoles, 6 de julio de 2011

THE VINES: Luchando por su vida.






















La banda que supuestamente iba a salvar el rock la década pasada se mantiene en pie de guerra y sigue rockeando a pesar de las dificultades.

De alguna forma, su líder Craig Nichols es el “enfant terrible” de su tierra, metido en escándalos y situaciones que lo han convertido en un mito, como romperle una pierna a un fotógrafo durante un concierto o ser diagnosticado con el síndrome Asperger.

Por otro lado, Future Primitive, el quinto álbum de estudio de The Vines, fue grabado entre febrero y marzo del 2010 y financiado por ellos mismos; tardaron un año para su lanzamiento debido a problemas con las casas disqueras (básicamente, no tenían), hasta que finalmente firmaron con un distribuidor internacional.

Un trabajo, como de costumbre, un poco esquizofrénico: un híbrido entre el rock alternativo de los 90 y el pop de los 60, con un sonido garage y la actitud post punk más feroz con el que los australianos intentan demostrar que aún no se dan por vencidos en su lucha.

Con todo y una gran producción a cargo de Chris Colonna (Bumblebeez), demuestran mucho talento pero poca evolución en su sonido, aunque no dejan de elaborar temas emocionantes y que enganchan, confeccionados con esmero, interpretados con toda su energía y un espíritu de perfección continua.

Abren con un grito pidiendo amor en Gimme Love, una pieza corta y llena de energía y rapidez en el mejor espíritu directo y certero de The Ramones, pero inexplicablemente después les entra el letargo con Leave Me In The Dark.

Con Candy Flippin’ Girl se ponen sicodélicos y logran una buena pieza de power pop, con AS4 AS4 vuelven a la lentitud y la mesura y despiertan de nuevo con Wierd Animals, contundente, poderosa y guitarrera.

Se meten una vez más a la máquina del tiempo con Cry, una canción pop animada, pero igual de retro para de nuevo regresar al presente con estridencia y guitarras distorsionadas en Future Primitive, que salva el honor de la banda y los devuelve al presente.

Riverview Avenue es el justo medio en su estilo, melodiosa y con fuerza sin dejar de lado sus influencias vintage, mientras que Black Dragon es otro buen tema, intenso y rockero con un final hipnótico. All That You Do es otro tema relajado, una delicada pieza de brit pop con unos coros armónicos y nostálgicos simplemente cautivadores.

En la parte final, Outro es un interludio sicodélico y delirante, Goodbye en una pequeña pieza de guitarra desenchufada con la voz de Nichols al natural, para cerrar con S.T.W. (Screw The World), un homenaje al sonido Madchester muy bien logrado.

Un disco que no defraudará a sus fans, aunque los demás seguimos a la espera de que vuelvan a sorprendernos.

Mientras tanto, para que se hagan su opinión, aquí sus dos primeros videos, una versión acústica de Future Primtive y una verdadera rareza: una versión del cásico de Gorillaz, "Clint Eastwood". ¡Que los disfruten!














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