lunes, 21 de noviembre de 2011

PETER GABRIEL: Reinventando sus propios cuentos.



Una de las mentes creativas más influyentes en los últimos 40 años regresa con todo y orquesta para cantar las mismas canciones con otros instrumentos.

¿Quién podría quitarle a un artista el derecho de reinterpretar su propia obra las veces que le haga falta? Peter Gabriel, que desde el 2002 no lanza nuevo material original, vuelve al camino de los covers, esta vez de sí mismo, y decide tomar el riesgo de transformar algunos viejos temas propios con una nueva idea, paradójicamente, más clásica.

New Blood son versiones orquestales de algunas de sus composiciones, sin guitarras ni baterías, re-escribiendo la partitura para adaptarla a la ejecución por parte de un ensamble sinfónico. Una continuación de su trabajo Scratch My Back (2010), en el que no sólo versionaba a otros artistas, sino que además lo hacía igualmente con una orquesta.

No hay grandes temas porque no se trata de versionar un montón de hits, sino de encontrar la forma de reinterpretar su discurso musical escogiendo los temas que mejor se adapten a su nueva traducción estética y puesta en escena, lo cual consigue con admirable eficacia.

Trabajando con el compositor y arreglista John Metcalfe, consigue reinventar algunos de sus clásicos de forma sinfónica y consigue rescatar su lado teatral. Con la voz cambiada ligeramente por el tiempo, pero conservando esa potencia e intensidad, más que un disco de rock, es un recital de un genio de la música.

En la primera parte del álbum predomina la época de 1980 a 1982, con piezas de los discos III (Melt) y IV (Security), mientras que en la segunda abundan las versiones del disco So (1986), junto con algún tema de Us (1992), OVO (2000) y Up (2002).

Abre de forma operística con The Rythm Of The Heat, que termina con unos intensos arreglos de violines y trompetas y continúa con dulzura en Downside Up, acompañado por su hija Melanie Gabriel en la voz.

San Jacinto se convierte en un drama épico de 7 minutos. Intruder comienza casi como si estuviera contándote un secreto, con una teatralidad magistral, para narrarnos una historia frenética y oscura. Wallflower se convierte en una dulce balada con un violín y un piano exquisitos que crean una atmósfera delicada y llena de destellos de luz.

Entonces llega un allegro con cuerdas que podría confundirse con la entrada de un anuncio de cerveza mexicana, pero no, de pronto baja el tempo y se revela In Your Eyes, que se despoja de sus raíces de ritmos africanos y se convierten en más de siete minutos de armonías que de pronto suenan un poco a la banda sonora de The Lion King.

Las versiones de Mercy Street, con un estilo minimalista y detalles exquisitos, y Red Rain, con un coro que crece a niveles apoteósicos, como en los viejos tiempos, vienen casi naturales, como una lógica trasposición de elementos de lo eléctrico a lo sinfónico.

Darkness es la única composición de este siglo que logró colarse en el álbum, una pieza oscura y densa, casi siniestra. Don’t Give Up suena bastante similar durante la primera parte, con la voz de la noruega Ane Brun haciendo la parte de la inimitable Kate Bush y un piano extrañamente gospel que desata una avalancha de coros, cuerdas y vientos.

Digging In The Dirt me parece la interpretación más inesperada y sorprendente, logra rescatar un tema poco apreciado y darle un nuevo significado, destacando el drama y el conflicto interior de la letra de forma impecable.

La instrumental The Nest That Sailed The Sky no es muy diferente a la original y baja la intensidad hasta que nos encontramos con ruidos de pájaros y viento: casi cinco minutos de sonido ambiental grabado en el lugar llamado Salsbury Hill, que sirve como preludio a la poderosa versión del tema del mismo nombre.

La versión de lujo tiene además como bonus track una excelente versión de Blood Of Eden para cerrar el álbum, además de las versiones instrumentales de todos los temas.

Y por si fuera poco, durante su presentación en el show de David Letterman, tocó además versiones de Biko, Signal To Noise y Rythm, no incluídas en el disco, lo que hace suponer que los conciertos de esta gira serán un deleite para los fans de este gran artista.










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