miércoles, 16 de noviembre de 2011

SNOW PATROL: Expandiendo el sonido.



Un paso hacia adelante de estos chicos de Irlanda del Norte que no dejan de ascender en su camino.

Dentro de las grandes bandas de este siglo 21, Snow Patrol siempre ha permanecido presente y, sin embargo, siempre parece ensombrecida por algún otro grupo de sonido parecido con un éxito mayor.

Fallen Empires, el sexto álbum de esta agrupación, intenta enmendar el rumbo y ensanchar sus miras simplemente concentrándose en ser fieles a ellos mismos y hacer mejor lo que mejor saben hacer, intentando dar una dimensión nueva a su música.

Rock pop poderoso y emocional, con influencias brit pop, indie y alternativos, que van de lo romántico a lo inteligente, de lo intimista y reflexivo a momentos llenos de ritmo y armonías precisas y memorables.

Algo entre U2, Coldplay, Arcade Fire y LCD Soundsystem, con sus himnos para los grandes estadios y una gran instrumentación. Quizá el único problema es que ya existen muchos que han intentado seguir por el mismo camino y las similitudes son demasiado evidentes

Grabado en los estudios Rancho De La Luna en el desierto del parque nacional Joshua Tree en el sur de California, cuentan una vez más Garret ‘Jacknife’ Lee en la producción y las mezclas. Incorporan un poco más de la música bailable, que combinan con algunas composiciones oscuras, sin dejar de lado su lado emocional y sensible.

Combinan influencias de la electrónica con riffs de guitarras distorsionadas por parte de Nathan Connolly, con las usuales letras emocionales y una eficiente interpretación de Gary Lightbody en la voz, esta vez apoyado con coros al estilo de Elbow.

Un trabajo ambicioso y bien ejecutado, que suena más maduro y completo que sus predecesores, que expande su sonido y da muestras de la calidad de esta banda.

Abren de forma sorprendente y con toda la energía con I’ll Never Let Go, que se continúa con Called Out Of The Dark, el primer sencillo, que tiene la fuerza del mejor britpop. A partir de aquí, el disco se divide entre la sensibilidad y el ritmo.

Por un lado, tienen baladas sentimentales y delicadas, emotivas y románticas, como This Isn’t Everything You Are, una historia de amor con grandes coros y un final inesperado, los recuerdos de infancia de The Garden Rules, la inspiración de las lecciones de la vida de Lifening y la triste historia de separación de New York.

Por otro lado, rescatan la estética new wave con el groove bailable de The Weight Of Love y en The Symphony, con su gran riff de guitarra final. Se ponen serios con Fallen Empires, con una interesante estructura progresiva que va creciendo pero no llega a estallar. In The End tiene el sonido Coldplay escrito por todas partes.

Vuelven a la calma en Berlin y The President, con arreglos de piano preciosistas, y Those Distant Bells con sus atmósferas ambientales y guitarras, para cerrar de forma impresionante con un “outro” de minuto y medio que bien podría formar parte de la banda sonora de una película.

Un buen disco que no defraudará a sus fans, pero que a los demás aún nos deja la duda de saber si algún día serán capaces de desprenderse de las sombras de sus similares y dar ese gran salto para brillar con luz propia.











1 comentario: