jueves, 27 de enero de 2011

COLD WAR KIDS: Cómo sobrevivir al éxito.

























El regreso de esta banda de Long Beach, California, me hace preguntarme el secreto para que una banda dure largo tiempo y sea fiel a su propia mísitca, o lo que es lo mismo, cómo sobrevivir al éxito sin caer en las fórmulas.

Siempre trabajadores, no han dejado de tocar por todo el mundo y lanzar EPs. Pero en esta ocasión, decididos a sacudirse la comparación con bandas como The White Stripes o The Black Keys, se enfocaron a grabar un disco más “rico y con clase”.

Inspirados por R.E.M y Coldplay, el resultado es un sonido más comercial, que comienza a ser cercano a The Killers o Kings Of Leon. Y el responsable es, probablemente, el productor Jacquire King, quien previamente había trabajado precisamente con los de Tennessee, así como con artistas tan diferentes como Modest Mouse, Clinic, Norah Jones o Tom Waits.

Más rock sureño y menos punk. Arreglos más sofisticados y grandilocuentes y composiciones más melodiosas. Con todo, el tecer disco de Cold War Kids es un álbum con mucha calidad en la producción y un impresionante trabajo en el estudio y en la mesa de mezclas.

La batería de Matt Aveiro y el bajo de Matt Maust suenan más contundentes y seguros, y las guitarras y los pianos de Jonnie Russell se conjuntan con el resto de forma espectacular y la voz de Nathan Willet, fantástica como siempre.

Mine Is Yours, que da nombre al disco, es una tema sencillo pero poderoso que consigue abrir el álbum con la promesa de que lo que sigue es bueno. Y lo que sigue es Louder Than Ever, el primer sencillo, con su acostumbrada fuerza y estilo, y Royal Blue, una excelente canción con una instrumentación fabulosa que incluye guitarras y percusiones espectaculares.

Out Of The Wilderness es una pieza casi épica, con varios movimientos, que explota de pronto como luces artificiales en la noche. Pero en Finally Begin, Skip The Charades, Bulldozer o Broken Open se repite la misma fórmula.

Por fortuna, en Sensitive Kid o Cold Toes On The Cold Floor regresan a su habitual ritmo y estilo minimalista y bluesero y son un buen contrapunto al resto del material. Finalmente, Flying Upside Down cierra con toda energía, en ese mismo tono de exaltada celebración.

Un buen álbum que demuestra el crecimiento de la banda, pero que nos deja con la duda de la decisión del rumbo que a partir de aquí tomarán para evitar caer en las fórmulas comerciales y continuar pareciéndose a ellos mismos.

Por si fuera poco, como otra muestra de su éxito, Passion Pit les ha hecho una versión remezclada deMine Is Yours que es una delicia. Lo dejo por aquí, junto con un sampler del disco.













2 comentarios:

  1. Uff!! No los conocía, gracias!! Yo me considero una ignorante musical, por eso me gusta tu blog... porque aprendo cosas!!

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  2. Y a mi me encanta compartir la música!! Si te gusta algo de lo que pongo en el blog, pídemelo y te lo mando ;) Saludos!!

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