12. GRINDERMAN, 2
Sólo algunas leyendas del rock se mantienen y se renuevan con el tiempo.
Este es el caso del australiano Nick Cave, un artista que se mueve siempre dentro de un denotado prestigio y reconocimiento a pesar de su actitud rebelde y alejada de los reflectores que acompañan a las grandes estrellas.
Haciendo una parada entre sus producciones solistas acompañado de The Bad Seeds, este trabajo viene a reforzar el mito de Cave como un poeta maldito, con sus letras estremecedores y su particular forma de componer. El mismo dijo que este disco trata acerca del sexo y la muerte, por si hubiera temas más profundos que eros y tánatos vistos desde la perspectiva de este visionario artista.
Sin importales el éxito comercial, el segundo disco de Grinderman es una obra oscura y diversa en la que vuelven a demostrar su talento y su particular propuesta, llena de ambientes envolventes y una instrumentación rica en sonidos inusuales y provocativos.
Palaces Of Montezuma o Fire Boy recuerdan las melodías de narrativa épica clásicas de Cave, en el estilo de Bring It On, de su primer trabajo, pero también se ponen densos y sicodélicos en When My Baby Comes, demenciales y delirantes en Evil o Kitchenette, o hipnóticos y seductores en Bellringer Blues
Heathen Child es una pieza de exquisita perversión, un collage lleno de símbolos perturbadores, y el video no lo es menos.
13. LAURIE ANDERSON, HOMELAND
Dentro de la historia de la música popular contemporánea, pocas mujeres han logrado romper con los estereotipos del rock masculino para hacerse un lugar propio y con toda autoridad.
Laurie Anderson es uno de los mejores ejemplos de este tipo de artistas. Una poetisa, una innovadora del performance y la multimedia, que se mantiene vigente a través de los años, sin tener que ponerse mallitas y bailar como quinceañera, sino más bien madura, seria, reflexiva y cuidadosa con su estilo musical.
Siempre intelectual y con una comprometida posición política, esta obra trata de temas actuales que atañen directamente a las acciones de su país, Estados Unidos, en cuanto a su intervencionismo en la escena global y los asuntos internos que más interesan en materia de economía y sociedad.
Cada canción es una pieza etérea, composiciones basadas en sintetizadores ambientales, con influencias de armonías de medio oriente.
Destaca Another Day In America, una narración de 11 minutos en la que recurre, como lo ha hecho en otras ocasiones, a deformar su voz hasta llegar a un registro masculino (no por nada aparece en la portada del disco con bigote y cejas postizas).
Only An Expert es una pieza directa, en donde da rienda suelta a su crítica con un sarcasmo delicioso y sorprendente. Verla actuar en directo es cautivador, simplemente una artista y su sintetizador enfrentándose al mundo con singular valentía.
Rock artístico y experimental, paisajes sonoroes elegantes y letras profundas y precisas que demuestran el oficio de esta dama.
Rock artístico y experimental, paisajes sonoroes elegantes y letras profundas y precisas que demuestran el oficio de esta dama.
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